Cuando el alma no arranca y todo te pesa
👉 Este no es un texto motivacional. Es una verdad que no muchos se atreven a contar. Si te cuesta levantarte, incluso cuando “todo parece estar bien”, este artículo es para ti.
Esa fatiga que no es física
Hay días en los que el cuerpo funciona… pero el alma no.
No estás enfermo, pero tampoco estás bien.
Te levantas, te vistes, haces lo que toca…
pero dentro todo es gris, pesado, lento.
Y lo peor es que nadie lo nota.
Porque sigues “cumpliendo”.
La motivación no es gasolina, es dirección
Nos han enseñado a buscar energía fuera: en libros, en frases, en vídeos.
Pero cuando estás vacío, lo que falta no es energía.
Falta sentido. Falta dirección.
Y sin eso, todo pesa. Hasta lo que antes amabas.
Lo descubrí tras meses con el cuerpo aparentemente fuerte,
pero con el alma detenida.
Solo cuando entendí por qué quería seguir,
volvió la energía… y no la motivación de escapar, sino la de crear.
No estás vago. Estás desconectado.
La pereza crónica, el cansancio sin causa,
esa incapacidad de empezar aunque lo deseas…
no es debilidad.
Es una señal de que tu vida y tu propósito se han desenchufado.
🛠️ ¿Qué puedes hacer si estás agotado sin razón?
- Para. Literalmente. Deja de empujarte como una máquina rota.
- Hazte esta pregunta: ¿Qué parte de mí se quedó atrás en el camino?
- No busques energía. Busca propósito.
- Elimina lo innecesario: a veces no avanzas porque estás cargando con lo que ya no te sirve.
- Vuelve a hacer cosas pequeñas que te conectaban contigo. Aunque no tengan utilidad.
¿Quieres que hablemos?
Yo también pasé por eso.
Tenía buena salud, un cuerpo que aguantaba… pero por dentro, nada arrancaba.
Si sientes algo similar, no esperes a que se vuelva enfermedad. Estoy aquí, no como experto, sino como testigo de ese vacío… y de cómo se puede salir.
Tú eliges cómo. Yo estaré al otro lado.
¿Cómo prefieres que conectemos ?
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